Psicóloga Contextual


2 comentarios

Cómo afrontar el nuevo curso escolar

En este artículo voy a tratar de responde a la pregunta “¿Qué es lo más importante a la hora de comenzar un curso escolar?”. Para ello voy a hacer un pequeño recorrido por las diferentes etapas educativas ya que en función de la etapa escolar en la que nos encontremos como jóvenes o adultos o como padres/madres de escolares hay unas prioridades diferentes de otras.

Por ejemplo para la etapa de preescolar, los padres juegan un papel fundamental en la inserción del menor en la escuela, es importante que los padres y madres fomenten en el niño y niña la independencia. Por ejemplo, una estampa muy frecuente y que me cuentan  algunas madres es que mi niño empieza con 3 añitos y se queda agarrado a mi pierna y no quiere entrar en el cole o se pone a llorar desconsolado. Aquí los progenitores tienen que trabajar con el niño la normalización de la escuela como un elemento más del día y que sepan por la mañana que ellos van a ir a su colegio y después van a volver a casa.  Ni preguntarles continuamente qué tal el cole, si les gusta, si ya conocen amigos. Ellos llevan su ritmo y deben de ir poco a poco, por eso mismo existe el periodo de adaptación. Sera positivo para los padres y madres que están en adaptación de horario escolar hacer alguna actividad agradable tanto antes de entrar en el cole como a la hora de la salida, olvidándonos siempre de repetir a nuestro hijo si la maestra nos comenta que se queda llorando cuando lo dejamos en el colegio.

Es conveniente en esta etapa fomentar mucho el juego en casa  y fuera de ella, especialmente con niños/as de edades similares y resulta optimo si son actividades extraescolares que tengan que ver con el deporte, ya que se les enseña valores como jugar en equipo y respeto y disciplina.

Para los menores que están en la etapa de primaria y secundaria algo fundamental en estos años de su vida es que los niños/as tienen que aprender a ser independientes y para eso inicialmente les vamos a ir mostrando nuestra ayuda. (horario, agenda y tarea solos y rutina de estudio y no tv)

Probablemente ya empezaran a tener deberes y tareas escolares, es imprescindible y dado los problemas que me suelo encontrar muchas veces en consulta de niños más mayores y más pequeños, es que los menores tienen que empezar a saber gestionar su tiempo, importantísimo para evitar frustraciones, estrés y ansiedad entorno al colegio. Ellos tienen que saber que por la tarde lo primero después de descansar un ratito después de comer es hacer la tarea, en función del curso en el que este el niño diseñamos junto con ellos un horario y también le vamos enseñando a usar la agenda para que ellos sepan cuando tienen sus exámenes. Para poner sus actividades extraescolares y el tiempo que resta para estudiar. Si son niños que ya nos demandan tablet, ordenador, etc, aprovechamos para introducir qué horas lo va a utilizar, bien puede ser a modo de una hora al día o le ponemos un horario fijo de 6 a 7 a modo de ejemplo.

No podemos estar con ellos siempre sentandos haciendo la tarea, podemos empezar en las primeras etapas de primaria diciéndoles vamos a ver de qué tienes tarea hoy y una vez que ellos lo han visualizado le animamos a que empiecen a hacerla por ellos mismos y que cuando tengan alguna duda nos puedan preguntar. Siempre les ponemos en un sitio adecuado de estudio sin tv, ni ruidos, ni ordenador ni teléfono móvil cerca.

En la etapa de la Educación Secundario Obligatoria (E.S.O.) es importante que fomentemos  más la independencia. Le podemos ayudar a repasar , pero nunca podemos hacer trabajos por ellos, ir a hacer fotocopias, comprar tal libro por mi hijo, dar la cara por el delante del profesor, etc., le tenemos que animar a que lo hagan por ellos mismos.

En la etapa de bachillerato el poder de la responsabilidad debe de recaer sobre los jóvenes ya que tienen sus 17-18 años, por eso también es importante darles responsabilidad dentro del hogar con tareas domesticas de mayor envergadura que cuando eran niños. Por ejemplo, ya se pueden hacer cargo de ir correos a pagar una factura, de ir con la lista de la compra al supermercado, cocinar en casa para todos, etc. En el ámbito estricto de estudios los protagonistas ya no son tanto los padres y sí los hijos, por lo que deben ser ellos lo que se planteen qué quieren estudiar, qué nota necesitan para entrar en los estudios que eligen  y todo eso deben ser ellos que lo gestionen.

En la etapa universitaria voy a hacer especial referencia la necesidad de criar jóvenes independientes porque ellos tienen que tramitar sus becas de estudio, su matricula, buscar su piso, ver qué dinero les es necesario al mes, cómo aportar económicamente a los gastos que generan, qué necesito para comer una semana, etc. Es una etapa donde el cambio puede ser muy radical para aquellos jóvenes que pasan de vivir dentro del entorno familiar a una independencia e incluso a un traslado a otra ciudad muy diferente de la suya. Tienen que aprender de además de gestionar sus gastos económicos a gestionar su tiempo porque ya van a tener más actividades en las que centrarse a parte de lo académico. Por lo tanto aquí la labor de los padres es de acompañamiento y de guías, de tal manera que les ayudemos a tolerar la frustración de no llegar a final de mes, y de tengo muchas cosas qué hacer dentro de un mismo día y no sé cómo organizarme.  Un ejemplo de ello, es que si queremos que nuestros hijos/as hagan el paso a una vida adulta tenemos que ir enseñándoles a funcionar por si mismo, para ello no les vamos a preparar cantidades ingentes de comida almacenadas en un bote o recipiente de plástico sino que le enseñaremos a preparar la comida empezando por un plato, desde los ingredientes e ir a comprarlos como aprender a cocinarlos.

Lo importante es que sea cuál  sea el curso escolar al que se enfrente su hijo/a, cómo padres les motivemos y les ayudemos a que sean independientes y a que aprendan a dar lo mejor de sí mismos en todo momento, depositando en ellos nuestra confianza.

Muchas gracias por visitar este Blog de Psicología.  ¿Te ha gustado el artículo? No olvides darle “Me gusta” y compartirlo con tus amigos/as.

Sí tienes alguna sugerencia, comentario o duda, no dejes de escribirme a mi correo electrónico angelescalero@cop.es o rellenar el formulario que aparece a continuación y con gusto responderé.

María de los Ángeles Calero Serrano

Psicóloga Sanitaria, Perito Forense y Formadora Profesional

 

 

 


Deja un comentario

Cómo afrontar el estrés en época de exámenes

 

Llega final de curso y con él, el agobio y la ansiedad que origina a muchos estudiante el afrontar los exámenes finales, y especialmente cuando son temas tan cruciales y determinantes para su vida académica como selectividad o los exámenes de acceso a grados medios o superiores.

Para poder reducir este malestar podéis utilizar técnicas como la que compartí hace poco en el blog para reducir el estrés a través de ejercicios sencillos que se pueden realizar en cualquier lugar, siempre siendo lo más optimo practicar en nuestro domicilio para tener mejor manejo de la técnica.

Para  reducir el estrés en época de exámenes es imprescindible contar con una planificación de la materia que tenemos que estudiar, ya que en numerosas ocasiones tendemos a dejar para los dos últimos días, incluso la noche antes del examen el temario a estudiar, lo cual solo produce malestar, ansiedad, y una nula adquisición de conocimientos,  por lo que las probabilidades del aprobado son menores. Es cierto que determinadas personas trabajan y estudian mejor bajo presión de tiempo, pero no por ello los resultados van a ser más óptimos.

Lo adecuado es hacer un planing de estudios con un calendario donde aparezcan las fechas de los exámenes,  para después saber con cuantos días contamos para preparar los exámenes. Lo adecuado es realizar durante todo el curso escolar un mínimo de dos horas de estudio a diario para que los conocimientos  se adquieran con solidez y cuando llegue la época de exámenes solo tengamos que repasar con mayor profundidad. Si no hemos llegado a hacer esto y por ejemplo nos queda un mes para empezar los exámenes lo que debemos de hacer es mirar el material que tenemos que estudiar,  por ejemplo, para Filosofía podemos tener que estudiar 5 temas y contamos con una semana de estudio, en función del contenido que tengamos en cada tema podemos distribuir el temario a lo largo de la semana, un ejemplo puede ser un tema por día, quedando el día sexto para repasar.

Tenemos que tener en cuenta un factor que agrava la ansiedad en época de exámenes y son los repasos de última hora. El alumnado tiende a dejar la noche o el día anterior, incluso la misma mañana del examen el repaso,  o quién no se ha encontrado repasando delante de la puerta de su clase 5 minutos antes de entrar al examen. Esta práctica está totalmente desaconsejada porque lo único que produce es una inestabilidad del conocimiento adquirido, ya que estamos en una situación de gran estrés para nosotros, intentando recordar un conocimiento para el cual nuestro cuerpo no está predispuesto a almacenar ya que nos encontramos con mayor ansiedad.   Estos repasos de última hora, son los que crean en numerosas ocasiones que nos quedemos en blanco delante del examen. También lo crea el estudiar únicamente a última hora porque el conocimiento no es sólido y no le ha dado tiempo a almacenarse en nuestra memoria a largo plazo.

A los estudiantes que acuden a consulta me gusta ponerles el ejemplo de que nuestra memoria es como tres grandes almacenes. En un primer lugar tenemos la memoria sensorial que es muy breve, apenas unos segundos, que es el primer almacén donde entra toda la información, y para que pueda llegar a entrar es imprescindible estar atentos  y con la percepción en lo que estamos haciendo, además de una motivación hacia la tarea para que la información se codifique. Tras este almacén la información pasa a la memoria a corto plazo, que es donde la información permanece durante un corto periodo de tiempo. Su capacidad es limitada (7+-2 elementos), y realiza dos funciones. Por un lado, mantiene información en la mente no estando dicha información presente. Por otro lado, puede manipular esa información permitiendo intervenir en otros procesos cognitivos superiores, y por tanto, no es un mero “cajón de recuerdos”. Esta memoria es la que se denomina memoria de trabajo. Y el último almacén es la memoria a largo plazo que nos permite almacenar la información de forma duradera, y la podemos clasificar en memoria implícita y explícita. Dentro de ella encontramos la memoria semántica, en ella encontramos todos los conocimientos que adquirimos a lo largo de nuestra vida.

A continuación os facilito un listado de recomendaciones imprescindibles para manejar esa ansiedad y mejorar nuestro estado físico, cognitivo y emocional en época de exámenes:

-Realizar ejercicio diario para reducir los niveles de ansiedad.

-Respetar nuestras horas de sueño, con un mínimo de 7-8 horas.

-Estudiar a primeras horas del día, tanto de la mañana como de la tarde, ya que nuestra mente está más activa.

-No abusar de bebidas con cafeína como la Coca-Cola, Café, té, etc.

-Mantener una adecuada alimentación, incluyendo alimentos ricos en omega-3 (sardinas, salmón, atún, nueces, calabaza, etc.) que aumenta los procesos de atención.

-No repasar la tarde antes del examen y dedicar ese tiempo a algo de ocio.

-Utilizar reglas mnemotécnicas para acordarnos de datos más complicados.

-Utilizar el calendario y la agenda para distribuir y organizar nuestro horario de estudio de una forma realista.

Muchas gracias por visitar este Blog de Psicología.  ¿Te ha gustado el artículo? No olvides darle “Me gusta” y compartirlo con tus amigos/as.

Sí tienes alguna sugerencia, comentario o duda, no dejes de escribirme a mi correo electrónico angelescalero@cop.es o rellenar el formulario que aparece a continuación y con gusto responderé.

María de los Ángeles Calero Serrano

Psicóloga Sanitaria, Perito Forense y Formadora Profesional

 

 


Deja un comentario

Claves para entender y conversar sobre sexualidad con nuestros hijos/as

La sexualidad forma parte del ser humano desde su nacimiento, ya que no hace referencia únicamente a una cuestión física o biológica, como puede ser el desarrollo de los órganos sexuales, que hacen una distinción entre hombres y mujeres, sino que también abarca los cambios psicológicos (cognitivos y afectivos) a la par que sociales que dentro de ella se producen.

¿Por qué temen los padres y madres hablar de sexualidad con sus hijas/os? El primer factor es por vergüenza, ya que erróneamente aunamos sexualidad con tener relaciones sexuales, perdiendo de vista todas las dimensiones afectivas y cognitivas que conlleva la sexualidad.

El segundo factor, que crea esa gran tensión, es pensar en tener una “conversación” sobre sexualidad con sus hijos/as, con el consiguiente miedo a no saber qué palabras utilizar, cómo iniciar la conversación, cuál será la reacción de los progenitores, etc.

La educación sexual de los/as menores tiene la finalidad impartir una información progresiva y adecuada de lo que es la sexualidad humana, tanto en lo biológico como en lo afectivo-social .

Es clave enseñarles que la sexualidad conlleva una comunicación equilibrada con el otro sexo, dentro de un contexto de afectividad y responsabilidad. Es necesario hacer hincapié en estos puntos porque por ejemplo, durante la adolescencia también se suceden cambios cognitivos y afectivos profundos. Es una etapa de los “complejos” e inseguridades, los miedos, producto, entre otros, de que el cuerpo sea deseable o no deseable. Es el momento de los primeros enamoramientos, del descubrimiento de la ternura, del placer sexual, y en todo ello juega un papel imprescindible el desarrollo de la autoestima. Los/as adolescentes que tienen un buen concepto de sí mismos/as van probablemente, a poder tomar decisiones más positivas y responsables sobre la escuela, los amigos, el sexo, las relaciones, las drogas y todo aquello que les rodea  y es clave es un desarrollo madurativo.  La ayuda verdadera por parte de los padres y madres es hacerle apreciar sus habilidades, valores y excelencias verdaderas, sin necesidad de falsos halagos o comparaciones con otros iguales.

La verdadera e integral educación sexual es la que se realiza en los hogares y consiste en tres ejes fundamentales:

1) El ejemplo que los progenitores proporcionan.

2) La información que deben darles, verdadera, progresiva y prudencial.

3) La formación de los valores y educándolos para el amor.

A los adolescentes se les enseñan valores sexuales en parte por palabras pero aún más importante dando el buen ejemplo. Otras influencias, como son el grupo de iguales (amistades) o los medios de comunicación, también fomentan valores (positivos o negativos) por sus mensajes sobre la sexualidad. Según van hacia la independencia, los adolescentes necesitan poner en cuestionamiento y a prueba los valores que les han sido transmitidos, para luego escoger libremente  su sistema de valores personales.

Con respecto a la información que debemos darles, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que no se puede aparecer de repente, ponerse a hablar con ellos/as sobre sexo y esperar escuchen, porque pensarán: “Ah, ahora quieres hablar, pues ahora no quiero saber nada”.  Hay que favorecer una comunicación y una escucha constante con los/as adolescentes sobre sus amistades, inquietudes, lo que les agrada, lo que les disgusta, sus anhelos, sus metas, en resumidas cuentas, teniendo presencia en sus vidas, y de esta forma tenemos gran parte de la batalla ganada.

Entre los 9 y los 12 años, están preparados a nivel cognitivo y psicológico para afrontar mayor información y de manera realista lo que les proponemos, ya que no podemos esperar a que tengan su primera relación para hablar sobre sexualidad con ellos/as, ni a cubrir toda la información en una sola conversación, es adecuado que se produzca intercambio de información y conocer que dudas y afirmaciones pasan por sus metes entorno a este tema.

Siempre tenemos que aprovechar los “momentos didácticos” como puede ser, un embarazo en la familia, contar anécdotas de personas conocidas y hacer una reflexión de sus errores, las consecuencias de las malas decisiones (embarazos no deseados, aborto, etc.), esto es mejor que sermonear. Ver los programas de televisión con los adolescentes, preguntarles que piensan; de las escenas y la conducta que ven, hacerles saber lo que piensan al respecto. Ser muy explícitos con la información que damos, así no hay lugar a dudas ni a errores en la transmisión de valores y actitudes.

Ayudar a su hijo/a a que sea asertivo y aprenda a decir NO cuando no le conviene. Explicarle las presiones tanto hormonales como las sociales que experimentarán y que deben actuar de acuerdo con sus valores y sentimientos. Su cuerpo les pertenece y nadie debe decidir por ellos.

María de los Ángeles Calero Serrano

Referencias:

González, J. C. (2009). Conocimientos, actitudes y prácticas sobre la sexualidad en una población adolescente escolar. Revista de Salud Pública,11(1), 14-26.

López, F. (2005). EDUCACIÓN SEXUAL DE LOS HIJOS/AS. Madrid: Pirámide.

Toledo, V., Luengo, X., Molina, R., Murray, N., Molina, T., & Villegas, R. (2000). Impacto del programa de educación sexual: Adolescencia Tiempo de Decisiones. Revista de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología Infantil y de la Adolescencia7(3), 73-86.